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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Beneficios del matrimonio

Artículo de Alejo Fernández Pérez dedicado a analizar las ventajas que representa el matrimonio en el ámbito social, familiar,  partiendo de una serie de informes e investigaciones internacionales.
("El matrimonio ¡Qué bicoca!")
Pues ¡sí señor!. ¿Mira que, si después de haber despotricado tanto contra el matrimonio, ahora va a resultar que es lo mejor, que es una bicoca?
"Sesudos científicos" después de minuciosas investigaciones y tras elaborar complejas estadísticas, llegan a unas conclusiones que están dejando en ridículo a muchos progres. Han descubierto lo que ya sabían nuestros abuelos: la bondad del matrimonio.

Mientras por un lado, en los países más ricos aumenta de forma muy considerable el número de parejas de hecho -las de sin papeles-, por otro, se van descubriendo las ventajas del matrimonio tradicional: con papeles, por la Iglesia y de uno con una.
Un estudio desarrollado en la Universidad de Warwick , durante 20 años con 20.000 hombres, revela que los casados viven una media de tres años más que los solteros, y ganan 3.000 libras más al año. (London Times). Los investigadores consideran que las diferencias entre casados y solteros se deben, en parte, a la forma de vida más sana del matrimonio, y también a un deseo de complacer a sus parejas y conservar su estatus.

El Profesor Andrew Oswal de la anterior Universidad afirma que " el matrimonio imprime una impronta profunda en los seres humanos, porque presumiblemente reduce de alguna manera los niveles de estrés y protege contra las enfermedades…. los hombres casados beben menos alcohol y comen menos alimentos grasos. Las parejas también tienen niveles más bajos de estrés cuando comparten sus preocupaciones y se preocupan por los signos de enfermedad mutuamente."
Los investigadores norteamericanos hallaron que los que permanecían casados tenían menos probabilidades de morir por ciertas causas que los divorciados. El estudio reveló que los más afectados eran los pacientes que sufrían estrés en el trabajo y el divorcio.
Las mujeres también se benefician del matrimonio, demostraba un informe reciente de la Heritage Foundation . El informe concluye que los abusos domésticos en Estados Unidos son dos veces más altos entre las mujeres que nunca han estado casadas que entre las que lo están, informaba el Washington Times el 15 de abril. Además, los hijos de divorciados o de madres que nunca se casaron corren de 6 a 30 veces más riesgos de sufrir abusos serios que los que nacen de padres biológicos casados.

"Cuando la gente se casa, provoca una inversión en la vida del otro", afirmaba Jennifer Marshall, directora del departamento de estudios familiares del Family Resource Council. "Cuando vives una relación de poco compromiso, se puede volver volátil porque esta clase de relaciones no comprometen" . Incluso aquellos que permanecen en un matrimonio no feliz terminan por ser más felices que los que se divorcian. El estudio también demostró que el divorcio no aumentó la autoestima ni alivió la depresión. "Hemos exagerado los beneficios del divorcio como una forma de hacer felices a los adultos" . Al final, resulta que el tiro nos sale por la culata.
Todo esto es lo que dicen unos y otros, pero ¿Qué es lo que " vemos " nosotros?
Vemos las dificultades y sufrimientos de los hijos de madres solteras o padres divorciados, bastantes superiores, en general, a los que pueden afectar a los hijos de padres casados.
Vemos dificultades y sufrimientos de padres o madres separados, que quedan marcados para siempre. La vida se vuelve muy difícil, incluso económicamente, para quién, además, pierde el pleito
Vemos que la sociedad exige una documentación que ampara y legitima la posesión de cualquier cosa o animal: coche, caballo, casa, lavadora o un cargamento de tomates. En todos hay que firmar facturas o escrituras de propiedad, donde se especifican los derechos y deberes a que ambas partes se comprometen. Y, ¿Comprometerse dos personas a vivir en común, y ser la una de la otra, exige menos papeles que comprar una yegua? ¿No se debe exigir, ante la sociedad, la firma de contrato-compromiso de entrega mutua voluntaria con derechos y deberes entre hombre y mujer, para legalizar dicha convivencia y para criar los hijos? ¿Poseer a un hombre o a una mujer es algo menos importante que poseer una mula o un coche? Si no existe un derecho de propiedad no se es propietario, y en este caso, la propiedad: finca, casa o persona la puede " hurtar " cualquier otro, sin que se pueda reclamar nada a nadie.

Pero, no nos confundamos, amar no son solo las carantoñas y los besitos. Amar es servir, pensando más en los demás que en uno mismo, y para servir hay que valer. Ya lo decía Jesús: «No todo el que me diga: ´Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial" . O sea, el que cumple los mandamientos. Además nos remacha en Jn 13,35. "En esto conoceran todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.» No en que recemos cien oraciones diarias, ni en que vayamos a misa todos los día, ni en que demos todo nuestra hacienda a los pobres, ni en que ayunemos y nos sacrifiquemos hasta el límite. No, el cristiano se conoce en esto, precisamente en esto, en "que ama a sus hermanos" ¡ Cómo hemos deformamdo y olvidado la doctrina de Jesús!
El amor hay que mantenerlo día a día como se mantiene un negocio, una casa, una amistad. Un besito al levantarse por las mañanas, otro beso y un abrazo cuando se llega del trabajo, un regalito con cualquier pretexto; una cara alegre y sonriente en todas las ocasiones, una comida extra, no gritar por cualquier motivo… Para mantener una maceta bonita hay que regarla, abonarla, podarla y curarla periódicamente. Nuestra mujer, nuestro marido es algo más que una maceta. Hay personas que nacen predispuestas para actuar así, a otros les cuesta bastante esfuerzo, pero es posible, y el premio merece la pena.

Valores en el noviazgo











En algún momento de nuestra vida nos descubrimos ilusionados y cautivados por una persona en especial. Podemos afirmar que nada se compara con la presencia de “ese alguien” y nuestro cariño se fortalece en la medida que encontramos correspondencia a las atenciones y detalles que mutuamente se procuran en pareja.

Lamentablemente, pocas son las parejas que pudieran servir de modelo para ilustrar como debe vivirse el noviazgo. Los más nobles sentimientos parecen estar sometidos a unos cuantos encuentros casuales, al placer sensual, a rendir nuestro juicio y voluntad a las exigencias de la otra persona. Tal vez la modernidad propone una vida sin compromisos, donde a final de cuentas lo importante es “pasar un buen rato”…

El noviazgo es sinónimo de correspondencia y afinidad, ¿pero en qué? Primeramente en valores, sentimientos, intereses, gustos, aficiones… eso es lo importante; la atracción física y la diversión son los elementos decorativos de una relación profunda, pero nunca, el motivo de unión y de entrega absoluta.

Si deseamos que el noviazgo sea un medio para el desarrollo individual y el crecimiento como pareja, es necesario poner en práctica algunos valores necesarios e importantes para lograr este objetivo:

Respeto

Siempre se habla de respetar ideas, gustos, hábitos y costumbres, pero eso no significa estar de acuerdo con todo, o permanecer indiferentes. Muchos de estos aspectos pueden no parecernos e incluso disgustarnos y lo correcto será ayudarse mutuamente a corregirlos. Recordemos que cuando existe un interés y cariño auténticos, siempre se buscará el bien de la otra persona.

El respeto en pareja también debe vivirse en las manifestaciones de cariño: caricias, abrazos, besos e incluso palabras. ¿Cómo saber que estamos actuando correctamente? Alguien decía a una joven pareja: “Cuando estén a solas, compórtense de la misma manera que si estuvieran delante de sus padres o de otras personas; así no se equivocarán, ni cometerán una imprudencia”.

Con nuestro digno comportamiento, también demostramos respeto por nuestros padres, la familia y todos los principios morales recibidos en casa, la escuela y la religión.

Decencia

En el noviazgo siempre es necesario evitar todo aquello que sea provocativo: ropa, posturas, caricias, palabras y hasta algunos tipos de baile, estos son recursos que utilizan las personas para aprovecharse de la situación y lo único que buscan es una relación pasajera. Si deseas que te tomen en serio y te aprecien de verdad, evítalas; así no darás la impresión de ser una “persona fácil”. También es conveniente tener un horario adecuado para salir, pues siempre habrá murmuraciones respecto a las parejas trasnochadoras.

Después de todo, cualquier persona prefiere entablar una relación seria con alguien que viva este valor, pues no existe nada en su conducta que sea reprochable, ni rumores ni calumnias, sólo comentarios positivos. El comportarse decentemente garantiza tu buena fama.

Sana Diversión

Uno de los más grandes peligros que existen en los noviazgos, es la búsqueda constante de nuevas diversiones. Lo más difícil es encontrar actividades que nos permitan vivir los valores y conducirnos con respeto.

La ociosidad y la falta de prudencia en pareja constituyen la causa de todos los desaciertos que se cometen. Por eso ayuda mucho el asistir a lugares públicos con adecuada iluminación; participar en actividades de conjunto; platicar en casa o ver películas a puertas abiertas, además de cerciorarse que alguna otra persona se encuentra en el lugar; tener alguna afición: deportes, música, pintura, colecciones; utilizar el auto para transportarse y no como “refugio” para tener cierta intimidad.

Conviene recordar que los lugares y actividades donde circula el alcohol, drogas o prevalece un ambiente sensual, disminuye nuestra capacidad de autodominio; por lo tanto, no deben considerarse como la mejor opción para divertirse.

Autoestima

En apariencia la autoestima en un valor egoísta, donde proteger nuestro yo íntimo es lo más importante para no salir lastimados. Pero la realidad es que la autoestima nos permite descubrir todo lo bueno que tenemos (cualidades, habilidades, hábitos), así como nuestros defectos. Esto nos permite desarrollar nuestras cualidades y buscar la manera de superar nuestras fallas. El conocimiento propio nos brinda seguridad y confianza, tomando conciencia del valor que como personas tenemos.

Cuando la autoestima está bien fundamentada, se aprende a aceptar los consejos y críticas para mejorar nuestra persona: modales, vocabulario, forma de vestir, disposición al trabajo o al estudio, relación familiar, etc. Pero también nos ayuda a defender nuestros principios morales, rechazar la manipulación de nuestras ideas y sentimientos para ceder a los caprichos de otra persona, sea cambiando nuestra conducta, creencias, amistades o donar nuestro cuerpo por temor a perder “ese cariño”.

A pesar del dictado de nuestros sentimientos, la autoestima nos permite abandonar una relación que no prospera por las discusiones, la falta de entendimiento y de respeto, o que definitivamente nos impide comportarnos con dignidad.

Compromiso

¿Compromiso en el noviazgo? Esto si que es novedad. Aunque parezca exagerado y fuera de contexto, no debería extrañarnos hablar de este valor si lo consideramos como elemento indispensable para desarrollar nuestra personalidad.

La formalidad en nuestra conducta nos lleva a cumplir lo mejor posible los compromisos adquiridos, esto es, corresponder a la confianza depositada, demostrar que nuestra palabra empeñada vale tanto o más que un contrato escrito, vivir la sinceridad evitando la mentira y la doble personalidad, discretos para no revelar las confidencias recibidas… ¡Lo mismo que en un trabajo profesional, con los amigos o en familia! Ese es el primer compromiso que tenemos: ser honestos con nosotros mismos para poder cumplir íntegramente con los demás..

En todas las relaciones humanas hace falta comportarse con madurez y seriedad; el noviazgo no es una relación de segunda categoría por ser una “relación informal”. Esto significa evitar jugar con los sentimientos de la otra persona, engañar a varias a la vez o buscar la compañía para cuando no haya algo mejor que hacer..

De alguna manera, al vivir lo mejor posible nuestro noviazgo nos estamos preparando para adquirir mayores compromisos, como puede ser el matrimonio. Lo cierto es que la falta de compromiso en cualquier actividad o relación, termina por llevarnos a la superficialidad, la apatía y la trampa… ¿Se puede confiar en alguien así?

Esto no quiere decir que al tener una pareja debemos permanecer “atados” indefinidamente. Se trata de poner en orden nuestros intereses, planes, actividades y sentimientos, para encontrar el momento justo y la persona adecuada para emprender una relación. Comportarse de esta manera, nos da personalidad, madurez y calidad humana.

Devolver el encanto al noviazgo es algo más que ver la vida color de rosa, es recuperar el respeto y la dignidad de hombres y mujeres, convirtiéndose en personas con la capacidad de formar una familia que vive y transmite valores humanos a la sociedad.