*No te detengas en lo malo que has hecho; camina en lo bueno que puedas hacer.
*No te culpes por lo que hiciste, más bien decídete a cambiar.
*No te mires con tus ojos, contémplate con la mirada de Dios.
*No pienses en lo largo que es el camino de tu transformación, sino en cada paso que puedes dar para ser lo que Dios quiere que seas.
*No confíes en tus propias fuerzas; pon tu vida en manos de Dios.
*No trates de que otros te cambien; sé tú la responsable de tu propia vida y trata de cambiar tú.
*No sufras por lo que viene, recuerda que “cada día tiene su propio afán” (Mt 6, 34)
*No te des por vencida, piensa que si Dios te ha dado la vida, es porque sabe que puedes con ella.